Querido viajero:
Te escribo desde un viejo y sucio vagón que me llevará desde Bombay a mi siguiente destino de este viaje por el Sur de India, la ciudad de Aurangabad. Quiero hacerte totalmente partícipe de este viaje, es por ello que voy a contarte India a través de tu vivencia (al menos el primer capítulo)
Bombay: tu primer contacto con la India
Por fin aterrizas en Bombay, has vuelto a superar con éxito ese miedo que en ocasiones te limita. Tu avión desde Estambul, por fin pisó tierra India. Son las cinco de la mañana, demasiado temprano para atreverte a salir solo a esa jungla de cemento que parece ser Bombay.
Te sorprende el aeropuerto. Si tu habías leído que India estaba llena de mierda y es uno de los países con más gente pobre del mundo ¿como podías estar en un aeropuerto tan moderno y tan limpio? Horas más tarde te das cuenta que el aeropuerto es literalmente entrar en India con vaselina…
Por fin se hace de día, acuerdas con un taxista lo que va a cobrarte para llevarte a la ciudad. El precio realmente te parece barato, pero en el fondo sabes que te está cobrando de más y que cuando lleves unos días más por India, ni de coña pagarás ese precio. A pesar de todo aceptas.
Y llegó el momento, por fin sales a descubrir la realidad. Eres consciente que esos minutos serán únicos, no quieres perderte nada, tu mente te repite todo el rato, disfrútalo, tu primer contacto con la india solo lo vas a vivir una vez.
Y así lo haces, disfrutar de cada segundo, cada detalle que estás viendo, aunque realmente lo que ves a través de la ventana del taxi no te gusta nada. Durante los primero minutos, solo ves kilómetros de chabolas, estás ante uno de los Slum más grandes de todo Asia, la acumulación de pobreza junta más grande del continente y tu estas atravesándola en este mismo momento.
Veinte kilómetros más tarde, y sin saber muy bien cómo, tu taxista encuentra a la primera y sin necesidad de mapa ni gps la calle exacta donde le dijiste que estaba tu hotel, todo un genio en su trabajo.
Ya en tu habitación y tras una ducha, pones el despertador para dentro de dos horas, pero el cansancio del viaje pueden más que tú y esas dos horas se acaban convirtiendo en cinco. Al despertar te preguntas si será cierto eso de que India, no es para todo el mundo, y si tu eres parte de ese todo el mundo.
Para responderte, que mejor que vivir otro momento clave. Te has levantado hambriento, ha llegado la hora de tu primera comida en India, has comido cientos de veces en puestos callejeros asiáticos, pero por el momento en India ese primer momento va a tener que esperar.
Eliges un pequeño restaurante, no sabes muy bien que pedir, sin arriesgarte mucho, eliges lo primero que veas en la carta que te suene de algo. Aciertas y lo que pides te encanta, siento decirte que no es que sepas elegir bien, es que en India acertar con la comida es realmente fácil. La cuenta no es tan barata como tu creías, si fuera en euros, sería un precio de risa, pero aquí será la más cara que pagues en todo en el viaje.
Ya de vuelta al hotel te sorprenden la cantidad de tiendas que encuentras a tu paso. El barrio donde vas a quedarte estos días se llama Colaba, es el barrio turístico de Bombay y aunque no son las calles más limpias donde hayas estado antes, caminar por aquí tampoco es para tanto. Y bueno, quizá eso de que India no es para ti, deja de tener sentido en tu cabeza. Es aquí cuando empiezas a darte cuenta de la impresionante capacidad de adaptación que tiene el ser humano, o al menos, la que tiene el viajero.
Ya empiezas a desear que llega mañana para empezar a descubrir India de verdad…
Por el momento tus primeros pasos por las calles de Bombay te traen recuerdos de viajes anteriores, es una mezcla de Yangon en Myanmar y Manila en Filipinas pero a lo bestia y aunque suene exagerado, si la imaginas sin ruido, sin tanta gente y algo más limpia podrías estar caminando por alguna ciudad Inglesa.
Finalmente, superaste sin problema tu primer día en India, amigo viajero, déjame decirte que lo que te viene por delante es disfrutar del pais más increible que hayas conocido en tu vida…
Atentamente, Tamara.
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